El pasado sábado tuve la suerte de ser distinguido con el honor de arrabatar la pata a nuestra Vieja Cuaresmera, precisamente, en el mismo día en que se cumplían 20 años de mi petición de ingreso en la corporación. Ya tuve ocasión de compartir con los hermanos presentes el recuerdo imperecedero de los que no están pero que me plasmaron parte de su propia identidad. El destino me pone en el ecuador generacional a caballo entre la solera de los que me precedieron y el ímpetu de las nuevas generaciones que vienen con la savia renovada y el interés por seguir engrandeciendo con su aportación nuestro Juicio de Salomón.
Al Terrible y a la Virgen del Amor le pido que me concedan la gracia de poder seguir trabajando por la corporación con el mismo cariño y dedicación que lo he hecho durante este tiempo, siempre confortado con el afecto de mis hermanos así como la crítica de quiénes me han obligado a superarme en el empeño día tras día. Procedo colocarla en la pared de mi despacho junto a las otras dos, marcada con el pedacito de afecto que cada uno quiso dejar en ella.
¡¡¡¡¡¡¡¡ Muchísimas Gracias y Un fuerte abrazo a todos !!!!!!!.
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